viernes, 15 de abril de 2016

Ahedo de Butrón II

Cualquier motivo es bueno para pasar el día en este recóndito y apacible lugar. Hace unos días hojeando el libro "Fuentes de la provincia de Burgos" de Elías Rubio vi la foto de una preciosa fuente, arco de medio punto, bóveda  de cañón, deposito trabajado en piedra y decía que se encontraba en el termino de Ahedo.
Mandé a mi compañero la foto. -¿La conoces?. La respuesta fue inmediata. -Es "la Fuente de los Moros" de mi pueblo,¿de donde la has sacado?
Ya teníamos el motivo para ir, solo nos falta  el día para lo cual nos pusimos de acuerdo con rapidez y fijamos para mediados de marzo.
No madrugamos demasiado, el invierno aunque tardío, aun esta dando los últimos coletazos.
La mañana era fresca y se escapa alguna chispa de nieve. Abandonamos el pueblo por "Canales"  donde se encuentra el deposito de agua.
 Las primeras pendientes son bastante pronunciadas y nos hacen entrar en calor. Pasamos junto a "Montaliendre", curiosa formación rocosa de piedra arenisca con tonos oscuros y formas redondeadas. Desde aquí  vemos el trazado de "la Calzada", lugar por el que en breve transitaremos.




"La Calzada" asciende en zig-zag salvando los desniveles de la ladera.




Soberbios taludes de piedra soportan la calzada donde esta alcanza su máxima inclinación.


Superamos las ultimas rampas y llegamos a lo que hoy es una finca de labor y no hace muchos años fue un cercado para el ganado. Al fondo se aprecia el muro de piedra.



 Nos encontramos a mil metros en  esta zona de grandes cercados, donde la ganadería ha dejado  huella de la importancia que tuvo en tiempos pasados.


"La Tenada", enorme construcción comunitaria con varias divisiones donde se guardaba el ganado. Lo que queda en pie es el chamizo del pastor, en su austero interior un banco y una chimenea son todo el confort que el pastor tenía a su disposición.




Puerta de entrada al chamizo, que ha comenzado a desmoronarse.


Estamos en el termino conocido como "la Vaquera" y esta charca artificial fue un día abrevadero para el ganado. Aprovechando la arcilla de la zona se hizo un muro de contención creando esta pequeña charca que recoge el agua de lluvia y la aportación de una pequeña fuente.


Pequeña sí, pero preciosa fuente. Una pequeña angarilla  protege la entrada  para evitar que nada ni nadie caiga en su interior.


En el interior el agua fluye despacio, gota a gota en el cristalino deposito.
Las paredes son de piedra, al igual que el techo de forma cónica recubierto de tierra.
En épocas de carestía que el nivel del agua esté más bajo se puede acceder a su interior  y descender dos escalones hasta alcanzar el agua. 
A nuestros pies  se abre un profundo y espeso valle que conduce sus aguas al cercano Ebro.
Continuamos por "la Celadilla" y pasamos "Lastras", ante nosotros se abre un amplio valle conocido como "la Nava", hoy sembrado de cereal y anegado de agua, pero con total seguridad antaño sería zona de pastos y que mejor testigo de ello que este refugio de pastores.



Nos encontramos muy cerca  de la fuente, mi compañero ya la ha visto y hacia ella nos dirigimos raudos.



No sabía con exactitud lo que iba a encontrar, la foto del libro no era muy explicita, pero nunca hubiera imaginado algo así.
Tal y como se aprecia en la imagen pasa bastante desapercibida y me imagino en verano con la hierba alta, si no conoces el lugar exacto de su ubicación pasas de largo y no la ves.


A pesar de su aspecto exterior, digamos... descuidado, el interior es perfecto. La boca es un arco de medio punto, bóveda de cañón en buen estado y como se aprecia en la foto el deposito está recubierto de piedra en buen estado.



Dejamos atrás" la fuente de los Moros" . Este nombre nos lleva a tiempos pasados, es posible que se trate de una fuente medieval..
Salimos del valle por la otra ladera y lo primero que encontramos es otro refugio de pastores, pero este en perfecto estado.



Construido  en piedra, incluso el tejado, que con forma de cono y superponiendo piedras planas se llega a cubrir en su totalidad.
Comenzamos el regreso, llegamos a "la Quintanilla" y decidimos acercarnos hasta una cascada próxima, que tiene la particularidad de que solo salta el agua de forma espectacular en época de deshielo. El paraje es asombroso, "el Comuñer", que así se llama el lugar, junto al "pico Casares" . Es un profundo valle que se prolonga hasta Tudanca, junto al río Ebro.


En la cascada no cae ni gota, aunque en la zona alta hay nieve, el deshielo es muy lento y el agua se filtra antes de llegar al salto.



Seguimos caminando, ahora por estrechas veredas, cruzamos por el lugar llamado "el Pando". La senda discurre entre encinas y tras un breve espacio de tiempo aparecemos sobre el pueblo.
Es la hora de comer, hemos caminado algo más de tres horas, y aunque la mañana comenzó fresca hemos disfrutado de una temperatura magnifica.
 ¡Hasta la próxima!





viernes, 8 de abril de 2016

Ermita de Valpeñoso

Aunque ha llovido mucho en los últimos días y el suelo parece una esponja que rezuma agua donde pisas, ha amanecido un día esplendido.La ruta como tal es bastante corta, ocho kilómetros ida y vuelta, y discurre por un camino en perfecto estado que nos deja a los pies de la ermita.
 Lugar de belleza natural difícil de igualar y a la vez sitio de culto, oración y retiro desde tiempos pretéritos.


Esta es la primera imagen que el visitante observa al llegar a Valpeñoso.
La primera noticia que hay sobre el lugar nos cuenta que en el año 1556 un ermitaño llamado Fr. Pedro Crespo subió al monte Valpeñoso,  fundó una ermita y la dedicó a la Madre de Dios. En ella moró cuarenta y un años y medio, de ellos treinta y cuatro fueron en un pequeño oratorio en el cual puso la imagen de Nuestra Señora. Con el paso del tiempo y la ayuda de los vecinos de los pueblos cercanos, Jaramillo Quemado y Villaespasa, y las limosnas de gentes devotas construyó una ermita un poco mayor para decir misas.


Este altar es el motivo principal que me ha traído a este magnifico lugar. Se trata de un bello altar rupestre, de forma rectangular. Tiene un metro y medio de longitud por ochenta centímetros de altura  y cincuenta centímetros de fondo. En el centro de la base tiene una pequeña cavidad de forma cuadrangular destinada a contener reliquias. Al lado derecho de la imagen se aprecia una pequeña hornacina.
Los estudios realizados no sitúan en una  fecha concreta esta pequeña construcción, pero a la vista de determinadas particularidades podríamos situarla en la etapa alto medieval. En la zona superior apreciamos  improntas y rebajes donde, sin duda, iban colocadas las vigas que sujetaban el tejado de una pequeña ermita rupestre al igual que la de Santiuste en Castrillo de la Reina. En la zona superior de la roca  hay un pequeño canal de evacuación para evitar que el agua de lluvia se colara en el interior del eremitorio.


Esta es la puerta de acceso, rematada con una curiosa espadaña fechada en 1873, al interior del recinto que rodea la ermita.


La ermita, como tal, tiene poco valor artístico, está fechada en 1797 según la referencia grabada en el arco de medio punto de la puerta de entrada.


Junto a la ermita hay una caudalosa fuente con tres cubillos de piedra que tras una pequeña canalización vierte sus aguas en una pila rectangular.


Alrededor  de la ermita se ven restos de lo que fueron construcciones anexas para albergar animales domésticos y terrazas destinadas como huertas.


El lugar fue abandonado mediado el siglo XX.




La visita ha llegado a su fin y hay que desandar el camino hasta Jaramillo, pero antes de abandonar el lugar me doy media vuelta y disparo la ultima fotografía en este idílico lugar.



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