Salimos de Pineda a las 9.15h en una mañana radiante, el principio es demoledor, las primeras rampas son brutales. Toda esta zona está muy pateada, el fin de semana no ha sido malo y las familias han venido a disfrutar de la nieve. Superado este primer tramo seguimos las huellas de unos pocos que se han aventurado al asalto del San Millan. La nevada ha sido espectacular, nos llega casi a la rodilla, menos mal que no tenemos que abrir camino. Las vistas son fantásticas.
Trigaza |
Mencilla |
El ascenso es complicado, aunque seguimos una pequeña senda hay lugares que la nieve no está compactada y te cuelas hasta la cintura ¡Con lo que cuesta salir del pozo! Este primer tramo voy en cabeza, no os confundáis, como la senda es tan estrecho nadie puede adelantarme y así marco el ritmo que más me conviene.
San Millan |
Hacemos un alto en el camino, justo quitarnos un poco de ropa y refrescarnos. El viento sigue en calma y la temperatura es agradable.
Según ascendemos y vamos cambiando de perspectiva. Al fondo el Trigaza.
Mediada la subida desaparecen las huellas que seguimos desde el principio y nos toca a nosotros abrir camino. Cierto es que cedo ese privilegio a mis compañeros, yo me quedo el ultimo y aun así me falta el "resuello".
El viento en las zonas más expuestas ha esculpido estas curiosas formaciones.
Nos acercamos al ultimo tramo, la nieve está helada y casi no nos hundimos. Es curioso, solamente dejamos una huella, en este tramo durísimo hay que gastar solamente lo imprescindible.
La nieve con la ayuda del viento han labrado estas curiosas esculturas.
Ya nos queda menos, el pico del fondo es el Trigaza. ¡ Venga que ya llegamos!
Hacia la Rioja esta es la magnifica estampa que observamos, en el centro de la fotografía el"San Lorenzo".
El viento comienza a azotarnos con fuerza, viene del norte y es frío, frío. Lo mejor es que nos encontramos a un tris de coronar.
En esto se ha convertido el monolito de la cima, aquí el viento es muy intenso y la temperatura gélida.
No hay quien pare, el frío es intenso, dos minutos para hacer las fotos de rigor e iniciamos un rápido descenso.
Hemos empleado algo más de tres horas en coronar, confiemos que el descenso sea más cómodo, aunque mal empezamos es hora de almorzar y no encontramos ninguna zona abrigada donde hacerlo.
Por fin alcanzamos una zona protegida del viento, y damos buena cuenta de un suculento almuerzo.
Continuamos descendiendo y lo que hasta ahora ha sido un descenso rápido y cómodo comienza a complicarse. La nieve de la zona más baja comienza a deshelarse, nos hundimos un poco más y las piernas no están ya para muchas alegrías.
Ya vemos las primeras casas y con ellas el final de la ruta. Cuando llegamos al coche son las tres y me duelen las piernas una barbaridad. Hemos empleado un poco menos de seis horas en hacer la ruta y hemos caminado diez y siete kilómetros.
Hay una cosa de las montañas, que aunque lo he experimentado en varias ocasiones, me sigue sorprendiendo. Se trata de los cambios ambientales tan bruscos en un corto espacio de tiempo. Hoy ha sido el viento gélido de la ultima parte del ascenso, en alguna ocasión ha sido la niebla, de pronto te encuentras envuelto en ella y lo más sensato en ese momento es dar media vuelta y descender. Y en otras ocasiones son las ventiscas las que te sorprenden sin previo aviso y en un momento has perdido la orientación, pues las referencias han desaparecido. Total que hay que llevar en la mochila de todo, aunque es mejor no tener que utilizar nada.
Hasta la próxima.
Gracias a Javi (apodado el quitanieves) al que seguimos como corderitos, fue un día espectacular.
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