miércoles, 4 de noviembre de 2015

Carazo


Carazo, peña de Carazo y nacimiento del río Mataviejas
Hace pocos días  acudí a Carazo para ver la salida de la primera etapa de la Demandasaurius.
  Cuando me explicaron el recorrido; salida en el pueblo de Carazo, subida a lo alto de la peña Carazo y descenso hasta Ahedo, me pareció una locura.  Solamente he subido a la peña desde Ahedo y es realmente duro para hacerlo andando, no quiero ni pensarlo como será corriendo.
 Pero rápido me sacaron de mi error. - La subida desde aquí es más tendida, una vez que te acercas a la peña hay una senda que asciende de media ladera a lo largo de toda ella hasta llegar a lo alto.
Me gustó el recorrido y a los pocos días regresé con unos amigos para pasar la mañana caminando en este magnifico lugar.
Dejamos atrás el pueblo  por un camino paralelo al río, al poco abandonamos su curso, nos acercamos a la ladera de la peña y comenzamos el suave ascenso.


Caminamos a través de un espeso sabinar, con ejemplares de magnifica planta.

La senda, bien marcada, sigue un curso ligeramente ascendente en este espeso bosque de Sabina Albar, en esta comarca del Arlanza se encuentra uno de los mayores sabinares de Europa.


Nos encontramos bajo los espectaculares cortados donde los buitres señorean a su antojo.

 
Sabinar y Meseta de san Carlos




Hemos caminado un buen trecho y nos encontramos bajo la meseta que separa las peñas de san Carlos y Soncarazo pero aun nos falta por ganar mucha altura.
La senda hace un giro brusco y si hasta ahora había sido una suave ascensión, desde este punto se transforma en un sendero de cabras que quiere ganar la cima por la vía rápida.


Ya nos encontramos casi arriba, pero este ultimo tramo se las trae. Un pequeño respiro admirando el paisaje antes de encarar el ultimo tramo de ascenso a través de "las Callejas" y llegar a la meseta se Soncarazo.

Calleja de acceso a Soncarazo
Ya nos encontramos arriba, las vistas son magnificas y la sensación de vértigo se acrecienta cuando nos acercamos a los cortados.


La Revilla
La meseta es complicada de andar, su superficie es mayoritariamente de piedra caliza cuarteada y llena de grietas. Buscamos para caminar zonas de hierba por las que se avanza con más comodidad.
Por el camino encontramos  profundas simas longitudinales que no queda más remedio que bordear.


Hay alguna tan profunda que hace años se introdujeron en ella buscando una ciudad subterránea.
El avance es tranquilo mientras contemplamos como un grupo de buitres nos sobrevuela planeando en circulo sobre nuestras cabezas.


Encontramos en nuestro camino una pequeña construcción, refugio de pastores con total seguridad y no muy lejos un cercado para el ganado.


Estamos llegando casi al circo donde se encuentra el nacimiento del río Mataviejas cuando vemos una curiosa forma geométrica bajo nosotros.


Comenzamos a cavilar sobre su significado pero nada de lo que decimos nos parece serio ni coherente. Hasta que me acuerdo de un pequeño detalle.
 Cuando eramos chavales entrabamos a menudo en el bar de la Marcelina en Castrillo, los días de invierno hasta nos dejaba pasar a la cocina, donde en amplios bancos nos sentábamos al rededor de la lumbre y sobre nuestras cabezas los perniles de cabra se curaban al humo. Bueno a lo que vamos. Esta buena mujer  nos tenía entretenidos toda la tarde con cuentos e historias. -Hace años rodaron una película en Carazo (El Valle de las Espadas 1962) y contrataban a muchos extras de la zona para rodar una gran batalla. Mi marido (Saturio) actuó en ella. Saturio como llevaba caballo cobraba el doble que los que hacían de soldados, por lo menos le pagaban 50 pesetas al día.
Pocos años después en el salón del ayuntamiento pusieron la película y la batalla final, donde actuó Saturio, se rodó en este mismo valle que tenemos bajo nuestros pies.Y es posible que eso que estamos viendo fuera algún tipo de construcción utilizado en la película.
Cuando llego a casa comienzo a buscar información y lo que encuentro me sorprende gratamente, la extraña construcción se utilizó en el rodaje de una película pero no en" El Valle de las Espadas" que pensaba yo, sino en "El bueno, el feo y el malo" que creo que el año que viene se celebra el 50 aniversario de su rodaje.
En este pequeño altozano conocido como la majada de las merinas se recreó el campo de concentración de Betterville.
 Lo que vemos nosotros son los fosos y aun deben quedar restos de ladrillos de lo que fue el fuerte.


Cementerio de Sad Hill
He dicho que me sorprendió gratamente, por que pensaba que a parte del cementerio de Sad Hill al pie de la meseta de san Carlos no quedaban más huellas del rodaje de la película.

Cementerio de Sad Hill
Ya estamos muy cerca del circo, por donde el descenso es bastante cómodo.


El descenso es rápido, lo hacemos  por una gravera que nos lleva hasta el nacimiento del río en el fondo del circo.


Desde aquí tomamos un camino que nos devuelve al pueblo de Carazo.
Total hemos caminado 8.6 kilómetros y hemos empleado 2 horas y 25 minutos en hacer el recorrido en esta magnifica mañana de otoño disfrutando de unos paisajes sin igual .

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Salinas de Poza

En poco tiempo he estado dos veces en Poza, la primera de ruta con unos compañeros por las salinas y el castillo y la segunda visitando el centro de interpretación de las salinas.
El día de la ruta dejamos el coche en la parte baja del pueblo, cerca de unos estanques y al lado del camino que se adentra en las salinas.


 En esta zona  han acondicionado y restaurado varios pozos, eras de evaporación  y almacenes de sal, todo muy bonito y bien cuidado. Desde aquí parten varias rutas  para recorrer las salinas, pero nosotros no seguimos ninguna en particular.


 Salimos de la zona más cuidada y despacio ascendimos pasando por varias terrazas, pozos, almacenes de agua y canales. Más arriba vimos dos edificios, que fueron almacenes de sal, pero no llegamos a ellos.


Ascendemos por la ladera de la izquierda en busca del castillo que parece que está cerca pero nos cuesta un buen rato llegar a él.


El ultimo tramo de ascenso por la roca , ahora es más cómodo y seguro, han colocado una cadena que facilita mucho la ascensión.

Castillo

 Entramos en el castillo y nos encaramamos a él, desde aquí las vistas de la Bureba  son extraordinarias,  una planicie hasta donde alcanza la vista flanqueada por los Montes Obarenes a la izquierda y las sierra de la Demanda a la derecha. Por algo los pozanos presumen  de tener el balcón de la Bureba.

Subida a lo alto del castillo
 El descenso lo hacemos en linea recta, pasamos por el palacio y en un "periquete" estamos inmersos en las calles de este precioso pueblo. De trazado medieval con sus casas apiñadas y las calles empinadas y estrechas. La arquitectura está muy cuidada, con edificios de dos, tres y hasta cuatro alturas, y sus fachadas dejan a la vista los entramados de piedra, adobe y madera. ¡Una maravilla!


A las conclusiones que llegué tras esta visita a las salinas fueron del todo erróneas, el primer y más grave error fue pensar que el agua que corría en superficie era salada, probé en uno de los depósitos y así era. Pero nada más lejos de la realidad, el agua que corre en superficie es toda dulce. Pero no tardé mucho en salir de mi error
 La segunda vez que estuve en Poza visité el centro de interpretación, en él aclararon todas mis dudas tras una concisa deserción y  me pareció tan extraordinario el proceso de extracción y su ubicación en sí que paso a contarlo.

Diapiro de Poza
Las salinas están situadas al borde del Páramo de Masa, en un inmenso cráter de 2.5 km de diámetro y constituye uno de los "diapiros" más perfectos que existen.
Diapiro: Columna de rocas evaporatorias que parte de sustrato profundo y atraviesa materiales sedimentarios en forma de intrusión alcanzando o no la superficie. 
En el interior del cráter se encierra una cuenca salinera donde está acuñada la historia geológica desde la formación de la sal, que se corresponde a los periodos Triásico, Jurásico  y Cretáceo.
Tanto el proceso de extracción de sal como su elaboración sigue los mismos métodos que antaño usaron los romanos para explotar las salinas, que es el siguiente:

Caña o pozo
Mediante "cañas" o pozos verticales llegaban hasta el mineral, alguna de estas cañas llegaba a los
 60 m. de profundidad . Una vez en la roca salina hacían unas galerías o túneles que cubrían en su parte baja con gavillas de sarmientos  y llenaban desde el exterior con agua dulce. Esta era recogida en distintos manantiales (Fuente Cubo, Fuente Villa, Fuente del Canto, Fuente la Nava, etc...) y era llevada hasta las "cañas" por canales de madera de pino. El agua disolvía la sal convirtiéndose en "muera", que se extraía a través de las "cañas" en unos recipientes hechos con pieles de cordero cerrados por un lado con una capacidad de ocho o nueve litros atados a una cuerda e izada con la ayuda de una polea. Este proceso tan laborioso tiene un motivo muy concreto para hacerse así. El mineral de sal se encuentra mezclado con arcilla y por eso se colocan las gavillas en el fondo de las galerías,  la arcilla pesa más y queda depositada en el fondo entre los sarmientos.
Toda la muera extraída se almacenaba en pozos excavados en la roca en espera del verano. Una vez vaciada la galería había que descender a ella y sacar las gavillas y la arcilla (trabajo este muy laborioso). Con la galería limpia se repetía el proceso, se introducían nuevas gavillas para cubrir el fondo y se colmaba otra vez de agua.
Llegado el calor y el buen tiempo la muera se extendía en las eras y el sol se ocupaba del resto. Una vez evaporada el agua la sal quedaba en la era y de inmediato era recogida y almacenada en chozas próximas.


Una vez que la muera estaba en la era desaparecía el factor humano y todo quedaba en manos de la providencia. Si calentaba el sol, el agua se evaporaba y el ciclo de la elaboración de sal había concluido. Pero por el contrario si llovía  todo el trabajo se echaba a perder, para ello los pozanos contaban con el buen hacer de los párrocos del pueblo que en caso de amenaza de lluvia se encaramaban al "balcón  del conjuradero" y desde allí con sus conjuros disipaban las tormentas.
Debido a la importancia de la sal a lo largo de la historia, la corona siempre tubo la propiedad de las salinas y a este aspecto se unió el monopolio sobre la venta de sal establecido por Felipe II  en 1564 y perduró hasta 1868.
El castillo fue construido a mediados del siglo XV para defender las salinas y a la vez la villa se protege con murallas. La primera referencia escrita de la villa es el uno de diciembre del 965. Fue repoblada por Fernan Gonzalez y a principios del siglo XI es la cabeza de un pequeño alfoz.
Hasta 1298 fue lugar de realengo, donada por Fernando IV a Juan Rodriguez Rojas, durante toda la edad media se convirtió en un gran centro de producción y distribución de sal vinculada a la familia Rojas.
Con los Reyes Católicos la actividad salinera se vio favorecida por la fundación de la real Cabaña de Carreteros que fomentó el transporte de sal por todo el reino.
A mediados del siglo XX comenzó el declive imparable de las salinas de Poza con la llegada  y desarrollo de las salinas costeras, más rentables y con mayor capacidad de producción.


Actualmente algún vecino  sigue obteniendo la sal como se hizo durante generaciones, y "Los Amigos de las Salinas" recrean esta actividad salinera en unas jornadas para dar a conocer a los más  jóvenes esta actividad en desuso, pero que tanto auge tuvo en el pueblo en tiempos pasados.
 
Fotos antiguas


miércoles, 29 de julio de 2015

Fortaleza de santa Engracia (Pancorbo)

Iniciamos el paseo en la plaza mayor del precioso pueblo de Pancorbo, pueblo milenario que aun conserva en su trazado la primitiva estructura medieval, con su caserío organizado a lo largo del estrecho desfiladero y a los pies del inexpugnable castillo de santa Marta.
Me encamino hacia la iglesia de Santiago, hoy reconvertida en museo, enclavada en lo que fue la judería en la etapa medieval.

Abandono el pueblo y por estrechos senderos que discurren por la empinada ladera me dirijo airoso hacia lo alto del cerro, donde está situada la fortaleza.

  
Gano altura rápidamente y la perspectiva del entorno cambia a una velocidad de vértigo. En la foto se aprecia la estrechez del desfiladero  y las apreturas del caserío siguiendo la  antigua estructura medieval.


 El farallón rocoso es, sencillamente, espectacular. Pero me va a costar alcanzarlo más de lo que pensaba, la senda avanza tortuosa por la empinada ladera. Menos mal que con la escusa de hacer fotos voy parando de vez en cuando para recuperar el resuello.

Castillo de santa Marta
Paso junto al castillo de santa Marta, pero para acceder a él tengo que perder cota y con lo que me está costando subir decido dejarlo para el descenso. 

Casi he alcanzado la fortaleza y desde esta altura las vistas son espectaculares, como esta del desfiladero.

Al fin alcanzo las primeras construcciones que como se aprecia su estado es ruinoso. 
He tardado un poco menos de una hora en subir  y parecía que no era nada.


A lo largo de la fortaleza hay situados paneles informativos  para que el visitante se pueda hacer una idea de la magnitud de la empresa en que se embarcaron el estado mayor y el gobierno de Carlos IV en 1794, año que comenzó su construcción. 

Demos un pequeño paseo por la corta historia de este baluarte defensivo.
La construcción se llevó a cabo entre los años 1794 y 1797  como medida preventiva tras la declaración de guerra de España a Francia en el año 1973, como habían hecho con anterioridad el resto de monarquías europeas. La revolución francesa convulsionó Europa  y los países del entorno se preparaban para lo peor.

El estado mayor decidió plantar cara a los franceses, ante una hipotética invasión, planificando una linea defensiva al sur del Ebro, eligiendo Pancorbo como el jugar ideal para instalar una gran fortaleza.


Dotada con 173 piezas de artillería de distintos calibres, 600 caballos y 10.000 soldados.
Hasta ahora todo en orden, pero tras la alianza franco-española sellada en el tratado de Basilea se paraliza la construcción y la fortaleza quedó en total abandono, lo que propició su expolio y ruina.
En el año 1808 Napoleón y su proyecto imperial llama a la puerta de España, con el pretexto de invadir Portugal las tropas galas penetraron en España y la fortaleza fue ocupada por el ejercito de Napoleón. ¡Sin encontrar la más mínima resistencia! ¡Esto solo puede ocurrir en España!
Los franceses no daban crédito, sin un disparo se habían hecho con un lugar estrategico de suma importancia y con la idea de preservar la fortaleza hicieron en ella grandes obras de conservación y mejora.

 Permaneció en manos francesas hasta 1813, año que el general Welinton asedió la fortaleza en lo que se conoció como "el sitio de Pancorbo". Los ingleses no tardaron en arruinar la fortaleza y los gabachos se rindieron.

Cuevas utilizadas como almacenes o refugio para la tropa

 El ejercito francés en su huida fue derrotado en la batalla de Vitoria antes de abandonar España definitivamente.
En el año 1920 el gobierno decide restaurar la fortaleza para que continuara sirviendo con fines militares, pero en el año 1923 una nueva invasión francesa, esta vez para restaurar la monarquía tradicional absoluta y colocar en el trono a Fernando VII. A esta nueva entrada de los franceses en España se la dio el nombre de" la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis." Al frente del ejercito se encontraba el duque de Angulema. La fortaleza fue tomada por los franceses nuevamente el 19 de abril. Pocos meses después se dio la orden de su destrucción total.









Desde la fortaleza la vista es espectacular, nos encontramos a 1038m. de altitud, con la Bureba a nuestros pies y al fondo la sierra de la Demanda.



Comienzo el descenso, que es muy rápido y sin apenas dificultades, cuando me doy cuenta estoy a la puerta del castillo de santa Marta.


Mandado construir en el ultimo tercio del siglo IX por el conde Diego Porcelos y enclavado en la linea defensiva conformada  por los castillos de Ibrillos, Grañon, Cerezo, Cillorigo y Pancorbo para impedir el avance de los sarracenos desde el valle del Ebro hacia la meseta castellana.

Su emplazamiento es excepcional. Encaramado en una singular cresta rocosa,  sus constructores tuvieron  que levantar puentes para unir las distintas construcciones elevadas en precario equilibrio sobre el desfiladero.


Quedan pocos restos, pero suficientes para hacernos una idea de como fue el castillo. En su etapa medieval  aguantó los asedios enemigos con entereza, nunca fue conquistado, el enclave es inexpugnable.
La destrucción total del castillo es relativamente cercana en el tiempo. Esta se produjo el 10 de agosto de 1835 durante las guerras Carlistas.


Llegar al pueblo es cuestión de minutos, me adentro otra vez en sus estechas callejuelas disfrutando de su singular trazado.
La ruta es cortita y a escepción del ascenso que es duro de narices, el resto es un precioso paseo donde a cada paso que das vas descubriendo nuevas emociones,  paisajes increibles, construcciones espectaculares, naturaleza en estado puro...